Skip to Content

Cáncer de mama: síntomas, factores de riesgo y prevención

Cada año, miles de mujeres en México reciben un diagnóstico de cáncer de mama, y muchas de ellas lo descubren demasiado tarde. A pesar de los avances en la medicina, esta enfermedad sigue siendo la principal causa de muerte por cáncer en mujeres del país. Lo más preocupante es que gran parte de los casos podrían prevenirse o detectarse a tiempo con cambios en el estilo de vida y pruebas médicas adecuadas. 

¿Sabías que el sobrepeso, el consumo de alcohol y ciertos antecedentes genéticos pueden aumentar significativamente el riesgo? En este artículo, te explicamos los factores de riesgo que debes conocer y qué acciones puedes tomar hoy mismo para reducir las probabilidades de padecer esta enfermedad.

Cáncer de mama en México: cifras y panorama actual

El cáncer de mama es la neoplasia más común en mujeres mexicanas y la principal causa de muerte por cáncer en el país. Según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) y la Organización Mundial de la Salud (OMS), cada año se diagnostican más de 29,000 nuevos casos en México, y al menos la mitad de ellos son detectados en etapas avanzadas. La detección tardía reduce las posibilidades de éxito en el tratamiento y limita las opciones terapéuticas disponibles.

Aunque la incidencia del cáncer de mama ha aumentado en las últimas décadas, la supervivencia también ha mejorado gracias a la concientización, la tecnología de diagnóstico y el acceso a tratamientos más efectivos. La clave para cambiar el panorama en México es la prevención y la detección temprana mediante exámenes periódicos y educación sobre los factores de riesgo.

Los síntomas más comunes del cáncer de mama y cuándo acudir al médico

Uno de los mayores retos del cáncer de mama es que, en sus primeras etapas, puede no presentar síntomas evidentes. Sin embargo, existen signos de alerta que pueden indicar la presencia de un tumor maligno en la mama:


  • Presencia de un bulto o masa en el pecho o la axila, que generalmente es indoloro, duro e irregular.
  • Cambios en la forma o tamaño de la mama, sin una causa aparente.
  • Secreción anormal por el pezón, especialmente si contiene sangre.
  • Retracción del pezón o inversión repentina.
  • Cambios en la piel de la mama, como enrojecimiento, descamación, hundimientos o aspecto de "piel de naranja".
  • Dolor persistente en la mama o en la axila.


Ante la presencia de cualquiera de estos síntomas, es fundamental acudir de inmediato con un médico para realizar estudios de imagen y descartar un posible diagnóstico de cáncer de mama.


Factores de riesgo que pueden predisponerte al cáncer de mama

Existen diversos factores que pueden aumentar la probabilidad de desarrollar cáncer de mama. Algunos de ellos son modificables y pueden prevenirse, mientras que otros están relacionados con la genética y la biología de cada persona.


Mutaciones genéticas y predisposición hereditaria


Se estima que alrededor del 10% de los casos de cáncer de mama tienen un origen hereditario. Mutaciones en genes como BRCA1 y BRCA2, así como alteraciones en PALB2, CHEK2 y ATM, pueden incrementar significativamente el riesgo de desarrollar esta enfermedad. Mujeres con antecedentes familiares de cáncer de mama o de ovario deben considerar la realización de pruebas genéticas para evaluar su riesgo y tomar medidas preventivas.


Impacto del sobrepeso, la alimentación y el sedentarismo


La obesidad es un factor de riesgo comprobado para el cáncer de mama, especialmente en mujeres postmenopáusicas. El exceso de tejido adiposo aumenta los niveles de estrógenos en el cuerpo, lo que puede estimular el crecimiento de células cancerosas. Además, una dieta alta en grasas saturadas, azúcares refinados y alcohol ha sido asociada con un mayor riesgo de desarrollar esta enfermedad. Por otro lado, la actividad física regular puede reducir este riesgo hasta en un 25%.

Relación entre hormonas y cáncer de mama


El uso prolongado de terapia hormonal sustitutiva (THS) durante la menopausia ha sido vinculado con un aumento en el riesgo de cáncer de mama, debido a la exposición prolongada a estrógenos sintéticos. Es importante que las mujeres que consideren este tratamiento lo hagan bajo estricta supervisión médica y evalúen alternativas más seguras.

Detección temprana: autoexploración, mastografía y pruebas genéticas


La detección temprana es clave para aumentar la supervivencia en el cáncer de mama. Existen tres estrategias fundamentales para identificar la enfermedad a tiempo:

  • Autoexploración mamaria: Se recomienda que todas las mujeres realicen una autoexploración mensual para detectar cualquier cambio en sus mamas. Aunque no sustituye los estudios médicos, permite identificar signos de alerta.
  • Mastografía: Es el método de detección más efectivo y debe realizarse anualmente a partir de los 40 años, o antes si existen antecedentes familiares.
  • Pruebas genéticas: Mujeres con antecedentes familiares de cáncer de mama pueden someterse a pruebas de secuenciación genética para detectar mutaciones en BRCA1/BRCA2 y tomar medidas preventivas en caso necesario.


El diagnóstico temprano mejora significativamente las probabilidades de un tratamiento exitoso y menos invasivo.


Cómo reducir tu riesgo: alimentación, ejercicio y hábitos saludables


Aunque no se puede evitar el cáncer de mama por completo, sí es posible reducir el riesgo con ciertas acciones preventivas:

  • Mantener un peso saludable: La obesidad está relacionada con un mayor riesgo de cáncer de mama, por lo que es importante cuidar la alimentación y hacer ejercicio regularmente.
  • Seguir una dieta equilibrada: Consumir más frutas, verduras, cereales integrales y proteínas magras. Se ha demostrado que los alimentos ricos en folatos, vitamina D y antioxidantes pueden reducir el riesgo.
  • Evitar el consumo excesivo de alcohol y tabaco: Se ha comprobado que el alcohol incrementa los niveles de estrógeno, lo que puede favorecer el crecimiento de células cancerosas.
  • Realizar actividad física: Se recomienda al menos 150 minutos de ejercicio moderado a la semana para reducir el riesgo de cáncer.
  • Consultar regularmente al médico: Realizar chequeos periódicos y estudios de detección es fundamental para una identificación oportuna.


El futuro del cáncer de mama: avances en tratamientos y terapias personalizadas

Los avances en la oncología molecular han permitido el desarrollo de terapias personalizadas que atacan específicamente las células cancerosas sin dañar el tejido sano. La inmunoterapia, los anticuerpos monoclonales y la terapia dirigida contra mutaciones específicas están revolucionando el tratamiento del cáncer de mama.

Además, la investigación en medicina de precisión ha permitido identificar biomarcadores tumorales que ayudan a predecir la respuesta a ciertos tratamientos, optimizando la terapia para cada paciente.


Conclusión


El cáncer de mama sigue siendo un problema de salud pública en México, pero la prevención y la detección temprana pueden marcar la diferencia. Conocer los factores de riesgo, realizar estudios médicos periódicos y llevar un estilo de vida saludable son claves para reducir las probabilidades de padecer esta enfermedad. La ciencia avanza rápidamente, y con ello, las opciones de diagnóstico y tratamiento continúan mejorando, ofreciendo esperanza a miles de mujeres en todo el mundo.


Share this post
Síntomas del cáncer de estómago: ¿Cómo reconocer las señales de alerta?